La primavera llegó y tengo una inmensa necesidad de ti, de tus besos, tus caricias… Mis oídos claman a tu voz y mi vista, a tus letras. Corro ansiosa a tu lado como cada día con esperanza. Pero cuando llego, sigues postrado en esa cama de hospital. Tu mirada me dice que abandone.
Publicado en el libro-antología, La primavera…la sangre altera.
Nunca
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